Descripción
Ídolo placa oculado de Valencina de la Concepción (Sevilla)
Estos ídolos, como el ídolo placa oculado de Valencina de la Concepción (Sevilla) son frecuentes en los dólmenes del suroeste de España, por lo que se relacionan sobre todo con el mundo funerario.
Datado en el periodo Calcolítico, hacia el año 3000-2500 a.C.., procede de la localidad de Vale mnnm ‘+++ncina de la Concepción (Sevilla). Está realizado sobre una placa de pizarra, con forma trapezoidal, decorada por ambos lados con motivos incisos. Pertenece al Museo Arqueológico de Sevilla.
Presenta un rostro humano esquematizado, similar a la de los ídolos cilíndricos de este período, con los ojos soles y las líneas del tatuaje facial característicos. Se diferencia de ellos en la decoración geométrica de triángulos que, alternativamente, se rellenan con una apretada retícula. El museo cuenta con una buena representación de este tipo de ídolos, entre los cuales se encuentran los procedentes de la Cueva de la Mora (Jabugo, Huelva).
Los “ídolos placa”
Son los más numerosos y antiguos porque se datan en un ancho espacio temporal que abarcaría desde el IV al II milenio a.C. Los materiales habituales en que se realizaron fueron la pizarra, el esquisto y la cuarcita, rocas que permiten obtener láminas muy finas (placas) y trabajarlas para obtener una forma trapezoidal. La pieza resultante puede mantener rasgos antropomorfos esquemáticos como los ojos, los hombros o la cabeza, aunque los hay puramente geométricos. El resto del “cuerpo” estaría grabado con bandas lisas, reticuladas y en zig-zag. Suelen tener una o dos perforaciones en el extremo superior que podrían servir para llevar la pieza colgada del cuello por medio de una cuerda.
Se han encontrado fundamentalmente en un contexto funerario (dólmenes y tholoi) en yacimientos del Suroeste peninsular, desde el Alentejo portugués y el Algarve hasta las provincias españolas de Cáceres, Badajoz, Huelva y Sevilla, donde el número de placas es más reducido. Son notables los encontrados en Granja de Céspedes (Badajoz), hoy pertenecientes al Museo Arqueológico Nacional.
Si bien se ha considerado hasta hace décadas que podrían ser representaciones de la Diosa madre que se venía adorando desde el Paleolítico (unas “venus”), recientes estudios interpretan que serían indicadores de grupos familiares o del linaje de los individuos allí enterrados. Tendrían, por tanto, una función heráldica que identificase a una comunidad humana espacio-temporal en el que se incluirían tanto a los vivos como a los muertos. Los motivos geométricos grabados son diferentes unos de otros. Son signos que mostrarían la identidad familiar del difunto y el grado de parentesco respecto al antepasado fundador del grupo. Es decir, cada uno de ellos representaría un clan o linaje diferente.
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