Descripción
Ídolo placa oculado de Granja de Céspedes (Badajoz)
Ídolo placa oculado de Granja de Céspedes (Badajoz) datado entre 3600-2500 a.C., Museo Arqueológico Nacional. Este tipo de ídolos placa con grabados geométricos y motivos antropomorfos se cree que sirvieron para evocar el linaje en un culto a los ancestros, y, quizás, ,sustentaran un relato oral.
La pieza que nos ocupa es una placa de pizarra de forma trapezoidal con los hombros y la cabeza recortados semejando una silueta antropomorfa. Presenta decoración incisa en una sola de sus caras, distribuida en dos espacios con motivos diferenciados. El espacio superior, de forma triangular y delimitado por un zigzag, ocupa casi todo el apéndice correspondiente a la cabeza y representaría la cara; en ella dos círculos rellenos de haces de radios representan los ojos, cuatro bandas rellenas de líneas paralelas oblicuas, dispuestas dos a dos bajo los mismos, conforman el ((tatuaje facial»*, y la línea de zig-zags semeja la barba; una perforación en el extremo superior se destinaría a colgar la pieza. El resto de la placa, verosímilmente correspondiente al cuerpo, presenta una decoración mucho más homogénea, con bandas rellenas de retículas oblicuas dispuestas en zig-zags paralelos.
Los “ídolos placa”
Son los más numerosos y antiguos porque se datan en un ancho espacio temporal que abarcaría desde el IV al II milenio a.C. Los materiales habituales en que se realizaron fueron la pizarra, el esquisto y la cuarcita, rocas que permiten obtener láminas muy finas (placas) y trabajarlas para obtener una forma trapezoidal. La pieza resultante puede mantener rasgos antropomorfos esquemáticos como los ojos, los hombros o la cabeza, aunque los hay puramente geométricos. El resto del “cuerpo” estaría grabado con bandas lisas, reticuladas y en zig-zag. Suelen tener una o dos perforaciones en el extremo superior que podrían servir para llevar la pieza colgada del cuello por medio de una cuerda.
Se han encontrado fundamentalmente en un contexto funerario (dólmenes y tholoi) en yacimientos del Suroeste peninsular, desde el Alentejo portugués y el Algarve hasta las provincias españolas de Cáceres, Badajoz, Huelva y Sevilla, donde el número de placas es más reducido. Son notables los encontrados en Granja de Céspedes (Badajoz), hoy pertenecientes al Museo Arqueológico Nacional.
Si bien se ha considerado hasta hace décadas que podrían ser representaciones de la Diosa madre que se venía adorando desde el Paleolítico (unas “venus”), recientes estudios interpretan que serían indicadores de grupos familiares o del linaje de los individuos allí enterrados. Tendrían, por tanto, una función heráldica que identificase a una comunidad humana espacio-temporal en el que se incluirían tanto a los vivos como a los muertos. Los motivos geométricos grabados son diferentes unos de otros. Son signos que mostrarían la identidad familiar del difunto y el grado de parentesco respecto al antepasado fundador del grupo. Es decir, cada uno de ellos representaría un clan o linaje diferente.
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