La experiencia de vivir las PRIMERAS JORNADAS DE COMPLVTVM RENACIDA como recreador romano
En estas Primeras Jornadas de Recreación Romana de Complvtvm Renacida tuve el gran honor y el placer de disfrutar como recreador romano del período altoimperial del siglo I d.C, participando como miembro colaborador en la Asociación Ab Urbe Condita bajo las filas en la Legio X Gemina, y acompañado en todo momento de mis inseparables amigos de recreación, los cuales conformábamos hace relativamente poco la Legio VII Gemina, y que hoy en día nos autodenominamos, en forma de guasa, La Legión Perdida.
Puedo confirmar que fue una entrañable experiencia la de vivir y convivir en un campamento romano con todo tipo de detalles logísticos como son las tiendas, los toldos, los ajuares, arcones, etc. Y siempre bajo la buena compañía de los diferentes grupos de recreación, venidos de diferentes puntos de España y equipados con sus vestimentas civiles y militares de alto rigor histórico. Y todo ello, además, en un enclave único, como es la Huerta del Obispo, puesto que presenta un transfondo que es lo más parecido a lo que fue un campamento romano fortificado, con una forma cuadrangular y una enorme explanada con flora primaveral. Todo un conjunto de condiciones que nos iba a poder permitir revivir un pasado similar al de Complutum.
El sábado por la mañana sobre las 11.00 hs., se inició en el campamento una ceremonia religiosa con una magnífica intervención y explicación llevada a cabo por Pedro Cruz del grupo de Ab Urbe Condita, que habló de la consagración del campamento romano y sus gentes, y del papel fundamental del sumo pontífice en la vida romana. Mientras tanto, en la Plaza de Palacio se iniciaba el taller infantil de bulla bajo el grupo Antiqva Hispania, para que los niños mediante juegos se divirtiesen aprendiendo la historia de los antiguos complutenses. Volviendo a la ceremonia religiosa, algunos milites tuvimos que jurar lealtad ante el sumo pontífice rindiendo culto al emperador y a los dioses romanos.
A continuación empezamos el entrenamiento militar, entre el grupo de la Legio X Gemina de Ab Urbe Condita y la Legio XIIII Gemina de Asociación Antiqva Clío, explicado muy bien por los centuriones de ambas legiones mientras se practicaba las formaciones y tácticas militares. He de comentar que disfruté bastante viendo las caras de los niños y sus padres ante las maniobras que realizábamos, y sobre todo cuando a los niños se les dejó ser partícipes lanzando pilums mientras nosotros resistíamos en formación fulcum, que era la formación que se utilizaba para repeler la caballería poniendo los scutums o escudos de la primera fila apoyado en el suelo y los de las filas posteriores solapando los scutums a modo de tejas complementarias. Y luego también en la formación en círculo de orbem facite para proteger al vexillifer o portaestandarte dejándoles ser partícipes en un ataque contra nuestros escudos o permitiéndoles entrar en el círculo al lado del vexilum para que lo pudieran ver desde dentro. Los niños parecía que alucinaban en general, aunque algunos también se asustaron y tuvieron que abandonar el círculo socorridos por sus padres.
También realizamos otras formaciones como el paso de ad triplique a ad duplique y viceversa, es decir, formación de tres filas a dos filas y al revés mientras andábamos hacia el público, y el transmutate, cuando íbamos de un lado para otro en el que girábamos en 180º para dar la vuelta y sin pararnos seguir andando. Y como no, no pudo faltar la famosa formación de testudo o tortuga, que tanto gusta al público y que requiere de mucha técnica y coordinación. Por lo que se nos comentó desde los que lo vieron desde fuera quedó muy aceptable.
A la vez los miembros de la Legio XXX Vlpia Aelia de Sevilla, Asociación comandada por el centurión Francisco Javier Rivero, hacían su propio entrenamiento de lucha cuerpo a cuerpo y daban algunas expliciones a un público atento.
Mientras nosotros entrenábamos en la Huerta del Obispo, en otro punto de Alcalá de Henares, en la Casa Hippolytus, los grupos tardíos Cohors Prima Celtiberorum, V Baetica Vexillatio, Traditio Malacitana y Ab Urbe Condita daban una interesante explicación de la panoplia de su época y de la vida de Complutum en el siglo IV d.C, complementándolo con una demostración de una cacería en los exteriores de la casa. Según me comentó mi hermano Isaac, que estuvo allí entre el público presente, los grupos tardíos dejaron atónito y bastante satisfecho a un público muy entregado s sus explicaciones, contando además con un aforo bastante elevado.
Nosotros tras el duro entrenamiento sólo deseamos una cosa, y era el reponer líquidos, por lo que mis amigos de la Legión Perdida y yo nos acercamos a un local próximo a beber unas cervezas, que la verdad, nos supieron a gloria de Júpiter. Y tras el descanso volvimos al campamento a comer, ya que contábamos con un catering muy completo, que para mi gusto no estaba nada mal. Charlamos con gentes de los otros grupos y poco después, cerca de las 16.00 nos pusimos los equipos para iniciar las maniobras y formaciones militares, pero esta vez con la armadura completa y los pilums. Las formaciones y maniobras fueron bastante parecidas a las que hicimos por la mañana, practicando varias veces el transmutate, además de hacer cargas en movimiento y en formación y lanzamientos de pilums. También fue explicado por ambos centuriones y se permitió de nuevo que los niños fueran partícipes.
Entre las 17.00 y las 19.00 se dieron otros actos, como el Culto a Isis llevado a cabo magníficamente por el grupoV Baetica Vexillatio, Traditio Malacitana ,y, por otro lado, los combates gladiatorios por parte del grupo Ludus Gladiatorium Vulcanum, en el que se explicaba qué es la esgrima gladiatoria y se mostraba de forma muy didáctica la vida de los gladiadores y su forma de luchar, difiriendo mucho a lo que nos tiene acostumbrado el cine, los mitos y los tópicos populares.
En torno a las 19.00 hs. se inició el desfile militar, en el que tuvimos el privilegio de ir encabezando la marcha integrados en el grupo de la Legio X Gemina y tras el vexillifer de la Legio X y Maro, el centurión de la misma, que abría camino por donde pasábamos con su imponente voz y su grande figura ante el asombro del gentío. Por detrás nos seguían la Legio XIIII Gemina y la Legio XXXVlpia Aelia, y detrás de ellos los demás grupos de época del Bajo Imperio, con sus típicas panoplias del siglo III y IV d.C, ya más parecidas al Medievo y a los ejércitos godos de finales del Imperio Romano. Cerraban la columna militar las mujeres con sus bellos atuendos, y algún esclavo que las acompañaba. La Calle Mayor estaba hasta arriba de gente, muchos esperando nuestro paso y otros pasando por allí de pura casualidad, pero la mayoría impaciente grabando y sacando fotos a nuestro paso. Mientras desfilábamos íbamos entonando en latín y a pulmón abierto los cantos de nuestras respectivas legiones, cada legión la suya, y, en común, Roma Aeterna y Complutum Aeterna. El legionario Berio y yo aprovechamos a cantar varias veces el Miles Germanos, miles persos, semel et semel, decollabemus… canción que el año pasado repetimos hasta la saciedad en la recreación del Natalicio de Roma por las principales calles históricas de la Ciudad Eterna.
El recorrido que hicimos fue el siguiente: saliendo de la Huerta del Obispo, seguimos por la Plaza de Palacio, la Calle de San Felipe Neri, la Calle Mayor, la Calle Libreros, y llegamos a la plaza de San Diego parándonos ante la bella fachada de la Universidad de Alcalá. Después proseguimos por la Plaza de Cervantes volviendo de nuevo a la Calle Mayor, pero en dirección contraria, finalizando el recorrido en la Plaza de las Bernardas, donde Pablo Alonso, miembro de Ab Urbe Condita nos dio una rica explicación de la panoplia romana y su evolución a lo largo de los siglos de la época del Alto al Bajo Imperio.
Tras finalizar la explicación Paulus volvimos al campamento, ya casi oscureciendo, para recoger algunas cosas, dejarlas en los coches y cambiarnos para salir por el centro de Alcalá a cenar. Nos llevamos nuestras paenulas y saguns, es decir, las capas, ya que por la noche caía bastante la temperatura. Pronto nos fuimos a dormir para prepararnos para el día siguiente.
El domingo por la mañana, también con un cielo límpido y soleado, hacía prometer que iba a ser un buen día. A primera hora desayunamos y nos dirigimos a la Plaza de las Bernardas a escuchar un rato la explicación de la mujer en Roma, a cargo de las chicas de Antiqva Clío. Después nos dirigimos al campamento donde nos sentamos e hicimos un poco de convivencia, que en un principio había escaso público. Mientras, en la Plaza de las Bernardas, se hizo una venta de esclavos, donde las mujeres elegían los esclavos que querían comprar, y todo ello explicado por Varo, el presidente de Ab Urbe Condita. En la Huerta del Obispo poco a poco, y casi sin darnos cuenta, empezó a aparecer gente y en un momento se llenó el campamento. Nos preguntaban sobre nuestra equipación y sobre el evento en sí. Muchos del público aprovecharon a probarse nuestros cascos, coger los scutums (escudos), los pilums (lanzas arrojadizas), los gladius (espadas), etc, y también sacarse fotos posando con nosotros o con nuestros equipos. Muchos niños y mayores con mucha curiosidad nos preguntaban y trataban de entender lo que hacíamos y comprender qué es la recreación. La verdad es que esta experiencia me resultó muy gratificante y a la vez muy productiva, sobre todo para la gente que nos venía a ver. Por lo general, el público visitante se comportó fenomenal y mostraron un interés encomiable por la recreación. Nosotros, ya casi al final de la mañana, también aprovechamos a estar con amigos y familiares y a sacarnos fotos con ellos. Al final recogimos nuestras cosas, nos cambiamos y nos fuimos a comer por el centro de Alcalá.
Me gustaría destacar y agradecer, antes de acabar, la buena labor de Varo, Álvaro Hernández, de Ab Urbe Condita, por el enorme trabajo que que ha realizado al organizar y dirigir un evento de esta envergadura, que para ser las primeras jornadas romanas de Alcalá de Henares, y contando con muy poco tiempo de preparación, han salido a mi parecer bastante bien. Y, también, agradecer a todos los grupos que han participado, sobre todo por su implicación y por haber apostado en venir a recrear a nuestra querida ciudad, la Ciudad de las Ninfas. También agradecer al Ayuntamiento de Alcalá de Henares por el patrocionio y por el interés del alcalde, Javier Rodríguez, y la concejala de Cultura, María Aranguren, que espero y deseo que sigan apoyando estas jornadas de recrecación en los próximos años.