DON GARCÍA DEL ASTURA Y DEL MAMPODRE, LA NOVELA
Hacía tiempo que un regalo familiar y navideño no me complacía tanto como es este libro, Don García del Astura y del Mampodre, una novela policiaca con toques de humor y erotismo en el cual se desarrolla una interesante trama de aventura, que se entremezcla a la vez con la historia de unos personajes ficticios, como son el caballero Don Alonso de Aquilare y los jóvenes Gonzalo y Marcial, con la famosa leyenda leonesa de la Dama de Arintero, conocida también como la doncella caballero.
El autor del libro, Dacio, mi padre, rescata el personaje de la Dama de Arintero de un romance antiguo que ha llegado hasta nosotros y que mi abuela Asunción, que en paz descanse, supo transcribir perfectamente de memoria con 88 años de edad (como pueden ver en las últimas páginas escrito de su puño y letra), manteniendo la tradición oral de pasarlo de padres a hijos como era costumbre en su tierra leonesa, y del cual surge la idea a mi padre de escribir este libro. Recalcar que donde dieron muerte a la doncella caballero fue en el pueblo de La Cándana de Curueño, justo al lado de La Vecilla de Curueño, el pueblo natal de mi abuela.
La novela se desarrolla en dos épocas diferentes, una en el siglo XXI, y otra a caballo entre los siglos XV y XVI. El personaje de la época contemporánea, un peculiar y simpático periodista llamado Julio, recibe un manuscrito que le lleva a buscar en las montañas de León unas obras de arte robadas en un convento de Alcalá de Henares, un misterioso suceso en el que se va intercalando la historia de los personajes del siglo XV y XVI, con la trama del periodista, y que desembocará en un inesperado y sorprendente final.
Los lugares donde se desarrollan los hechos son principalmente Alcalá de Henares, Toledo y varios puntos de León. De Alcalá de Henares destacar algunos escenarios como son la Universidad de Alcalá, la Facultad de Historia en el Colegio Málaga, el Parador y las principales calles y plazas de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad . De las tierras leonesas resaltar Puente Almuhey, el Monasterio de Argovejo, los montes Pardominos, el macizo del Mampodre y Sabero.
También comentar que el presente libro me produce una gran satisfacción personal debido a que mi padre decidió contar conmigo para que le hiciera las ilustraciones de la portada y del mapa de itinerarios de los personajes, logrando desarrollar el trabajo con bastante fidelidad a la idea que él tenía en mente. Además, me vincula cierta confidencialidad con el libro y su autor al ser el primero en leer el manuscrito cuando ni siquiera estaba corregido ni acabado, ofreciéndole mi opinión y crítica objetiva de la cual me ha agradecido y valorado gratamente.
LA DAMA DE ARINTERO
Volviendo al enigmático personaje histórico que aparece en esta novela, ¿quién era la Dama de Arintero?
El nombre real de la Dama de Arintero, como generalmente se la conocía, era Juana García, uno de esos personajes que caminan entre la leyenda y la realidad en el siglo XV, pero cuyos hechos se han convertido en los más arraigados de la historia y cultura popular leonesa.
En 1474 a la muerte del Rey Don Enrique IV, rey de Castilla, los nobles leoneses y castellanos se dividieron a la hora de tomar partido de lo sucedido en el trono. Unos se posicionaron a favor de Doña Isabel, casada con don Fernando de Aragón y hermanastra del monarca fallecido, y otros, apoyados por el Rey de Portugal Don Alfonso V, a favor de Doña Juana de Castilla, motejada como la Beltraneja, hija de Don Enrique y Doña Juana de Avis.
Vivía en Arintero (León) un anciano hidalgo, Don Juan García, que en su juventud y madurez había participado en innumerables batallas contra los moros enrolado en las huestes del anterior monarca, Don Juan II, pero que, padre de siete hijas, carecía de hijo varón con que hacer aportación al ejército de Doña Isabel, lo que consideraba menoscabo al honor de su linaje. Conmovido por la tristeza que embargaba a su padre, la mediana de las hijas, Doña Juana, decidió disfrazarse de hombre e ir a la guerra. Y así, una mañana partió con la aurora hacia Benavente para alistarse en las filas de Doña Isabel y Don Fernando con el nombre de el Caballero Oliveros.
Pronto alcanzó la fama de valiente y esforzado guerrero ya que a todas las batallas acudía el primero. Pero el 1 de marzo 1476 en los campos de un pueblecito llamado Peleagonzalo, cerca de Toro (pasaría a conocerse como la batalla de Toro) Juana junto a otros caballeros cargó contra el enemigo intentando arrebatarle el pendón al alférez pero, en su ímpetu, quedó aislada ante tres adversarios. Después de dar cumplida cuenta a varios enemigos, la lanzada del último caballero rompió su jubón, quedando al descubierto uno de sus pechos. Otra versión dice que la descubrieron al verla bañarse en el Duero, pero la más probable es que quedara inconsciente y fueran los médicos, al disponerse a curarla, quienes se percataran de que aquél era un cuerpo femenino.
Mujer hay en la guerra, clamaron con desaforadas voces los que estaban cerca, provocándose enorme alboroto, pues estaba penado que una mujer se disfrazara de varón. Sin embargo el Rey don Fernando la perdonó, y concedió diversas mercedes y privilegios para los vecinos de Arintero, ordenándola retornar a su solar.
Al llegar a la Cándana, pedanía próxima a la Vecilla del Curueño y a escasas leguas de Arintero, Doña Juana, revestida aún con los aparejos de la guerra, se detuvo a descansar y alimentarse con las viandas que traía en las alforjas. Mientras presenciaba una partida de bolos, se presentó una cuadrilla de soldados que, sin mediar palabra, la acometieron con saña, hasta herirla de muerte y arrebatarle los documentos reales. Nunca se supo la identidad de los asesinos.
Las fuentes de la leyenda de la Dama de Arintero
Por desgracia no han quedado fuentes documentales, excepto una carta esgrimida ante Felipe V por las autoridades de Arintero para hacer valer su privilegio ante el nuevo monarca. Lo único real que nos ha quedado de esta historia son algunas inscripciones sin datar y los romances que se han ido transmitiendo de forma oral y de generación en generación, como bien hizo mi abuela, y que gracias a esa tradición ha llegado hasta nuestros días.
El problema es que no se sabe con seguridad dónde acaba la verdad y dónde empieza la leyenda, por lo que el hecho real no deja de ser poco riguroso.
Además, no queda muy claro su trágico final, apunta a que los consejeros de los monarcas debieron hacerles ver que aquellas medidas de gracia, tanto las exenciones tributarias como el perdón a la mujer, podían sentar peligrosos precedentes e incluso agravios para otras comarcas y el trono no era aún lo suficientemente fuerte como para permitirse alegrías. Hay quien dice que fue Isabel, siempre rigurosa con el cumplimiento de las leyes o deseosa de, efectivamente, demostrar su determinación ante la nobleza; incluso quizá por celos, interpretando por exceso una nueva debilidad de su marido por el sexo opuesto.
Así que fueron enviados por los reyes varios hombres tras Juana para exigirle la devolución de los documentos y cuando se negó a entregarlos hubo un altercado que terminó con su muerte. No sabemos si realmente consiguió escapar y, como soñaba, llegar a Arintero donde esperaba ser recibida con honores, descubriendo en los rostros de sus vecinos el orgullo que sentían por la hija del honorable Conde García, pero lo que sí es cierto es que tuvo un trágico final y que su gesta se convirtió en leyenda.
Hoy podemos leer lo siguiente en una placa que se encuentra en su presunta casa natal (imagen de arriba) en Arintero. Se trata de una reconstrucción ya que que la original resultó destruida en la Guerra Civil . Dice así:
Conoced los de Arintero
vuestra Dama tan hermosa,
pues que como caballero
con su Rey fue valerosa.
Si quieres saber quién es
este valiente guerrero,
quitad las armas y veréis
ser la Dama de Arintero.
EL AUTOR DE LA NOVELA
Dacio García González nació en Sabero (León) en 1950, estudió bachillerato y 1º de Filosofía con los Dominicos en La Virgen del Camino (León) y Caldas de Besaya (Cantabria). Se licenció en Psicología en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), aunque su actividad profesional estuvo ligada al mundo de las finanzas.
Siempre sintió gran afición por la literatura, por lo que además de ser lector empedernido, empleó cuanto tiempo libre le dejaran sus ocupaciones laborales y obligaciones familiares para escribir. Una vez prejubilado se ha dedicado a recopilar esos artículos y a ensayar con la creación de novelas, lo que al tiempo de dar salida a su mejor afición le sirve como terapia para afrontar los avatares de la vida.
Dacio demuestra con esta novela un gran conocimiento del género de las novelas policiacas y de las novelas históricas, además de una gran habilidad literaria y lingüística, como una gran sensibilidad y psicología de los personajes que en ella aparecen.
Más información sobre la historia de la Dama de Arintero:
La dama de Arintero: leyenda de la doncella caballero (LA SOGA. REVISTA CULTURAL)