Descripción
Amuleto fálico romano de Segóbriga (Cuenca). Siglos I-II D.C.
El amuleto fálico romano de Segóbriga es un fascinus o símbolo de la fertilidad, que en la religión romana se representó a través de estos amuletos. La imagen del falo se asocia con el poder de fecundación de la naturaleza, representado en el dios Fascinus, al que se le atribuye, entre otros, la curación de fascinum o mal de ojo y la ayuda a la fecundación de las hembras estériles.
Los romanos utilizaron con frecuencia este tipo de colgante, en los que se representan los genitales masculinos, cumpliendo las funciones de amuleto o talismán, con poder protector y acompañante de la buena suerte. Preferentemente, se realizaron en bronce, pero también en metales precioso y hueso.
Muy comúnmente en los fascinus romanos de esta época suele ir el falo acompañado con la “higa”. La higa es un amuleto protector originario de la Península Ibérica que adoptaron los romanos y que con el tiempo se difundió por el mundo con diferentes nombres. Se trata de un brazo con el puño cerrado en el que sobresale el dedo pulgar de entre los dedos (similar a la “peineta” que utilizamos hoy en día para insultar o desear el mal ajeno). Se cree también que la higa es de origen griego de en torno al s.VI a.C. Se utilizaba para ahuyentar el mal de ojo, la envidia, los celos y como protección contra las enfermedades. A las higas o figas también se les llama “puñetas”.
La Higa es también llamada mano negra, mano poderosa, manina, manezuela. cigua, figa, puñera…esconden bajo su apariencia de simple alhaja un mundo de creencias ancestrales.
Este Amuleto fálico romano de Segóbriga de bronce aquí reproducido apareció en la excavación de la Muralla oriental de la ciudad romana de Segóbriga (nº inventario 99/0095/1) en la campaña de excavaciones de 1999. Su imagen ha sido, voluntariamente, aumentada en un 20% y restituida la anilla del colgante.
Rosario Cebrián Fernández
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