Descripción
Venus de Lespugue (cueva Des Rideaux, Francia)
Réplica de la venus de Lespugue siguiendo la reconstrucción de Boule y Barbier para el Museo del Hombre de París.
A punto de clausurarse en 1922 la excavación en la cueva Des Rideaux (Alto Garona, Francia), en los últimos golpes de azada, aparecía rota una de las piezas más paradigmaticas del arte mobiliar europeo. “La venus de L’Espugue fue algo así como una hallazgo de última hora” (Delporte, 1982). Su antigüedad es bastante precisa al aparecer asociada con buriles de Noailles y otras herramientas características del gravetiense (26.000 – 24.000 años). Elaborada en marfil, no presenta ningún tipo de figuración en el rostro, tan sólo unas marcas paralelas muy tenues en la cabeza dede el arranque del cuello hasta la frente, que representan el pelo y un faldellín en la parte posterior de las piernas que se prolonga hasta los pies.
Las venus paleolíticas son figuras femeninas de entre 5 y 25 cm, elaboradas en marfil, hueso, asta, arcilla o piedra, en las que los atributos femeninos se acentúan de manera especial, restando importancia a otras partes del cuerpo como brazos, piernas y cara (salvo excepciones). También existen ejemplares estilizados pero en número muy inferior. Hasta la fecha se han localizado más de cien. No se han encontrado en la Península Ibérica, salvo las dudosas referencias de La Pileta, El Pendo o Ardales. Comenzaron a fabricarse en el paleolítico superior, fundamentalmente durante el gravetiense, hace 30.000 años. Algunas piezas (no sin cierta controversia), se sitúan en el paleolítico inferior con cronologías cercanas a los 250.000 (Tan-Tan, Bednarik y Berekhat Ram, Antiquity).
Si bien este tipo de estatuillas paleolíticas o venus, ha sido objeto de todo tipo de elucubraciones mágico religiosas, estereotipos de belleza, diosas madre, fecundidad, etc, la evidencia nos dice que algunas reflejan hipertrofia del tejido adiposo localizada fundamentalmente en las nalgas (esteatopigia), otras son simplemente obesas, grávidas (embarazadas) y algunas incluso nada, y que sin duda debieron jugar un rol social muy importante (se encuentran desde los Pirineos hasta Siberia, aunque el 95% de los hallazgos se encuentran en la Europa media). Las venus de Europa central y occidental se aproximan claramente a un canon de obesidad, pero según nos deplazamos hacia el este se hacen más delgadas y presentan diferentes ornamentaciones. El significado es muy diverso (Journal of Anthropology, 2011), representaciones reales, de antepasados, sacerdotisas y chamanes, fetiches, magas y curanderas incluso simples muñequitas. Su desnudez, ausencia de expresión y atributos sexuales marcados son sin duda algo intencionado. Desde un punto de vista clínico existe un evidente relación entre adiposidad y gravidez (relativo al embarazo), por lo que quizá en estos caracteres radique su significación (abundancia y fecundidad). Sin embargo, no parece que los grupos del paleolítico superior hayan tenido que sufrir crisis de alimentación. Por otro lado, desde el punto de vista demográfico, la elevada tasa de mortalidad infantil quizá exigiera mantener una tasa de natalidad también elevada, con lo que las mujeres de rasgos anatómicos abundantes podrían haber sido consideradas como prototipos de madres, en un contexto en el que la supervivencia del grupo era algo vital (Sexo en Piedra, J. Angulo, M. García. 2005).
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