Descripción
Vaso romano de vidrio
Reproducción de vaso romano de vidrio
Reproducción mediante la técnica de soplado sobre molde de un vaso ápodo (sin pie), de fondo circular, boca exvasada con labio fino y cuerpo de desarrollo convexo. Está fechado entre los siglos IV y V d.C. y su procedencia es de Panonia.
El vaso es una edición limitada y está elaborado siguiendo protocolos de arqueología experimental en vidrio soplado. Por este motivo, tanto el tamaño como la coloración y el envejecido, pueden variar sensiblemente en gamas del amarillo a tonos más blanquecinos y verdes.
Origen del vidrio
Todo parece indicar que las primeras producciones relativas al vidrio se remontan al tercer milenio a.C en Mesopotamia y Egipto bajo al forma de pequeñas cuentas y barritas. Hacia mediados del segundo milenio, y en ambas territorios, se documentan los primeros vasos, recipientes y demás objetos de vidrio obtenidos mediante diferentes técnicas como la cera perdida, el moldeo, los núcleos de arena o el tallado.
En el siglo Ia.C es cuando se desarrolla la técnica del soplado, probablemente en Siria y Egipto, y algo más tarde el soplado sobre molde (S Id.C), técnicas que permitirán producir grandes cantidades de objetos abaratando costes de producción. En poco tiempo, y gracias a las extensas redes comerciales de la época y a la expansión del imperio romano, el vidrio se convertirá en un elemento habitual de la civilización, con todo tipo de usos, desde láminas de vidrio para cerramiento de ventanas (RVP 2001), a menaje de vajilla, recipientes de uso funerario, almacenaje, adorno o piezas de juego. (E. Alonso Cereza UCM 2010).
¿De qué está hecho el vidrio?
El vidrio es un material transparente o translúcido no cristalino, duro y frágil, que se obtiene fundiendo una mezcla de sílice (supone el 75% de la mezcla, por lo que eran muy valoradas las que presentaban menos impurezas), fundente (sustancias que ayudan a disminuir la temperatura de fusión, principalmente la sosa, ya sea de origen mineral o vegetal. El fundente constituye el 20% de la mezcla), y cal en proporción del 5% (la cal aumenta la estabilidad química y mecánica del vidrio).
Además se añadían otros elementos secundarios como el calcín (fragmentos de vidrio reutilizado), que aporta homogeneidad al producto final), oxidantes como el antimonio o el magnaneso para decolorar el color producido por las impurezas y colorantes a base de óxidos metálicos (E. Alonso Cereza, RAH 2005,176 y ss).
Fuente: Información de Paleorama
Vidrio romano
El vidrio fue un material predilecto para los romanos quienes se proveían de él a través del comercio con egipcios y fenicios. Se han encontrado objetos fabricados con vidrio romano en numerosos sitios del Imperio romano tanto en contextos domésticos, como también industriales y funerarios.
El vidrio era utilizado principalmente para fabricar recipientes, aunque también se producían mosaicos cerámicos y vidrios para ventanas. Las metodologías de producción de vidrio romanas se desarrollaron a partir de tradiciones técnicas helenas, inicialmente concentrándose en la producción de recipientes de vidrio de colores intensos mediante moldes. Sin embargo, durante el siglo primero la industria experimentó un rápido crecimiento que incluyó el desarrollo del soplado de vidrio y la preferencia por los vasos incoloros o tono ‘aqua’.
La producción de vidrio en bruto fue realizada en diversas zonas geográficamente diferentes de donde se llevaba a cabo el trabajado del vidrio para obtener los recipientes terminados, y hacia fines del siglo primero la fabricación en gran escala hizo que el vidrio se convirtiera en un material fácilmente disponible en todo el mundo romano, y del cual se disponían de vidrios de gran lujo que deben haber sido sumamente caros.
Ya desde el principio del Imperio lo fabricaron en la metrópoli y fuera de ella (en las Galias y España, al decir de Plinio el Viejo y San Isidoro), dándole las mismas aplicaciones que los egipcios y fenicios y perfeccionando las formas de sus vasijas que resultan más variadas y elegantes. Apenas se descubre sepultura romana que no contenga fiolas o botellitas de vidrio ya incoloro ya verdoso, cubiertas de irisaciones por la acción de la humedad y del aire. Estos frasquitos, siempre de formas estrechas suelen ser denominados lacrimatorios y ungüentarios por los coleccionistas pero servían únicamente para contener aceites o perfumes en los sepulcros, no para depositar en ellos lágrimas.
También perfeccionaron los romanos el arte de producir relieves de figuras en los vasos de vidrio por la adición de otra capa de esmalte o vidrio de color distinto junto con el modelado y cincelado o grabado de ella que se había inventado por los egipcios de modo que la superficie exterior de semejantes vasos ofrece todas las apariencias de un camafeo de piedra ónice de grandes dimensiones.
Se les llama hoy vasos murrinos falsos, por imitar a los verdaderos. Las vasijas más preciosas de esta forma que se conservan están en el Museo de Nápoles y en el Británico.
En fin, decoraban los romanos las vasijas preciosas de vidrio con los procedimientos que siglos más tarde reprodujeron los venecianos y se distinguen con los nombres de reticella (vasos reticulados) y millefiori (milflores o vasos floridos) los cuales resultan de la adición de barritas y filigranas de vidrio ya en la superficie para los reticulados, ya incluidas en la masa o en el espesor de las paredes del vaso para los milflores. Produjeron también las fábricas romanas vidrios para ventanas y claraboyas aunque de pequeñas dimensiones e hicieron estatuitas de este material e imitaciones de piedras finas con grabados.
Fuentes: Vidrio romano (WIKIPEDIA)
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