Descripción
Ungüentario fusiforme romano
Reproducción de ungüentario romano
Ungüentario fusiforme, boca circular con labio exvasado, cuello cilíndrico sobre cuerpo globular y base cilíndrica. Estos recipientes solían contener líquidos y ungüentos con fines farmaceúticos, y podían formar parte de ofrendas en los rituales funerarios. En época romana su uso más extendido fue como contenedor de perfume. S I d.C.
Ejemplo de ungüentario romano fusiforme, hallado en Peal de Becerro (Jaén).
Dado que son piezas elaboradas a mano, los tamaños y coloraciones pueden variar sensiblemente de una pieza a otra.
Fuente: Información de Paleorama
Historia del Ungüentario
Se sabe que el uso de aceites perfumados y ungüentos en Roma se remonta a finales del siglo VIII a.C. Está demostrado que ya desde mediados del siglo VII el embotellamiento de ungüentos a través de los alabastrones y los aryballoi de fabricación local. Plinio creía que la introducción del uso de ungüentos en Roma a lo largo del siglo III a.C. Allá por el año 70 a.C. tenemos indicios importantes que hacen pensar a los expertos en un comercio tanto de sustancias aromáticas como de productos de lujo entre Oriente y Roma a través de los puertos de la región de Campaña (curiosamente uno de los centros de producción de vidrio más importantes del mundo romano, como ya hemos comentado en este blog). Frente a la importancia de los productos de centros griegos y egipcios surgen aquellos producidos en el centro de Italia: Nápoles, Capua, Palestrina, Paestum.
El arreglo de las mujeres en el mundo romano se completaba con afeites y perfumes. Esta práctica se extendió realmente pronto, y no llegó a Roma directamente de Oriente, sino de la misma Italia, concretamente de Campania; desde donde posteriormente emigró al Lacio. Ya a finales del periodo republicano, Capua se consideraba capital de la perfumería. Y en ella, el barrio de Seplasia, principal arteria de la ciudad, estaba reservado casi por completo a este comercio. Increíble, ¿Verdad?.
Existió una estrecha relación entre la fabricación de perfumes y la fabricación de ungüentarios de vidrio que se utilizaban para su envasado. El empleo de la técnica del vidrio soplado para la fabricación de ungüentarios se remonta en torno a la mitad del siglo I a.C., según los restos encontrados en la zona palestina. En occidente el empleo de esta técnica no se empieza a producir hasta el último cuarto del siglo I a.C. Esta fabricación de ungüentarios con la técnica del vidrio soplado logra una gran difusión en periodo de Augusto en el que encontramos una gran diversidad de formas y tipos, hemos de tener en cuenta de igual forma otras tipologías de piezas de vidrio fabricadas con la técnica del soplado al aire. Habría que esperar al periodo tiberiano para encontrarnos con una verdadera producción a gran escala.
Al lado de esta masiva producción de ungüentarios de vidrio nos encontramos, a principios del siglo I d.C., con una gradual desaparición de la producción de estas piezas en cerámica. La tipología más tardía de balsamario en cerámica corresponde a finales del siglo I d.C. y muy probablemente se tratara de una imitación de un tipo ampliamente difundido en la producción de vidrio.
Antonio Díaz Serrano
Fuente: Sobre ungüentarios romanos I (ROMANI VITRUM – producción de vidrio romano)
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