Descripción
Pintura rupestre levantina
Reproducciones artesanles realizadas en acrílico natural (color ocre) sobre piedra caliza, fieles a como se hacían en la prehistoria.
El arte rupestre levantino se desarrolló en la zona oriental de la península ibérica, extendiéndose por casi toda la costa mediterránea, desde Lleida hasta Almería. También se han encontrado manifestaciones importantes en otros lugares como Río Vero en Huesca, Albarracín en Teruel o Cuenca.
Origen y distribución de la pintura rupestre levantina
La pintura rupestre levantina se desarrolló en la zona oriental de la península ibérica, extendiéndose por casi toda la costa mediterránea, desde Lleida hasta Almería. También se han encontrado manifestaciones importantes en otros lugares como Río Vero en Huesca, Albarracín en Teruel o Cuenca.
Uno de los principales problemas que plantea es el de la cronología, ya que no hay un conocimiento exacto de cuándo surgió. Se barajan distintas. Unas establecen su origen y desarrollo en el paleolítico, otras lo consideran epipaleolítico o mesolíticos y por último están las que lo integran en el Neolítico.
Finalmente, los estudios más recientes, le atribuyen un origen epipaleolítico.
Temática y estilo
A diferencia del paleolítico, el arte levantino situó sus conjuntos artísticos en abrigos rocosos o en oquedades naturales al aire libre que se forman en las sierras calizas. Emplearon el color rojo, el negro y blanco, que eran obtenidos de diferentes minerales. Y no los mezclaron, por lo que en sus pinturas no existe ni la bicromía, ni la policromía, ni la gradación de tonalidades.
Otra novedad que incorporan es que las figuras humanas y animales, que son las protagonistas de sus obras, aparecen formando escenas de gran dinamismo. Podemos establecer tres tipos: las bélicas, con escenas de combate, desfiles y danzas guerreras; las que reproducen actividades relacionadas con la caza y las de la vida cotidiana, que se centran en la recolección de alimentos, en la organización jerárquica y en las danzas rituales.
El hombre se pinta desnudo, con adornos en algunas partes de su cuerpo (cabeza, brazos, piernas y cintura) y sujetando el arco y las flechas. La figura femenina se representa con el tronco desnudo y con una falda acampanada que llega hasta la rodilla o los pies.
Los animales también forman parte de las escenas. Los más comunes son los caprinos, los cérvidos, los equinos y los bóvidos. En ocasiones aparecen sin la presencia del hombre como cazador, solos y en diversas actitudes: estáticos, en estado de alerta, caídos en una trampa, con el cuerpo lleno de flechas o incluso muertos.
No existe una intención realista, les interesa captar el movimiento y para ello crean composiciones en diagonal. También utilizan la llamada perspectiva torcida, que consiste en mostrar el cuerpo entero de perfil exceptuando algunas partes que se colocan en posición frontal. Reducen la representación a las líneas esenciales, es decir, a las características identificativas y a las actitudes, eliminando el resto de los detalles. Así, por ejemplo, el arco y la flecha permiten reconocer a un cazador o a un guerrero. Consiguen escenas de gran dinamismo.
Principales Conjuntos Pictóricos
El Abrigo de Cogull, en Lleida, es uno de los conjuntos pictóricos más completos, posee representaciones de distintas épocas que responden a diferentes grados de estilización y a distinta técnica de ejecución. Entre ellas, unas mujeres con enormes pechos al descubierto, vestidas con una falda hasta las rodillas y en el centro, la figura hombre completamente desnudo, con adornos en las rodillas y un exagerado miembro viril. Se trata de la representación de un acto ritual, una danza fálica.
En el Barranco des Gascons, en Teruel, hallamos la imagen de un arquero en color rojo oscuro al lado de una cabra montés. El cazador porta el arco en la mano mientras una de sus piernas está flexionada.
Podemos ver en la Cueva de los Caballos de la Valltorta, Castellón, una cacería de ciervos. La composición enfrenta las figuras de los arqueros a los animales basándose en la combinación de líneas horizontales, conseguidas con las flechas, los arcos y los brazos, y las verticales, originadas con las patas de los animales.
En la Cueva de la Araña, en Bicorp (Valencia) encontramos una cacería de cabras salvajes. Un grupo de cazadores en círculo acorralando a los animales. Una de las cabras se ha caído debido al impacto de una flecha, está en el suelo, patas arriba, al lado de una mancha de color oscuro, que es sangre.
La más conocida es una escena de recolección de miel. El personaje, que sujeta el cesto con una mano, está suspendido y rodeado de las abejas que revoletean alrededor del panal.
Otros ejemplos con importantes restos son El Abrigo de Cantos de la Visera, en Yecla, Murcia; las cuevas de la Solana de las Covachas en Albacete; en las Cuevas de la Sarga, en Alcoy, (Alicante); la Cocinilla del Obispo y Cueva del Val del Charco del Agua Amarga en Teruel.
Fuente: ArtEEspaña. Arte Paleolítico: Pintura rupestre levantina
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