La Ciudad Romana Complutum. Guía Arqueológica

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ALa Ciudad Romana Complutum. Guía Arqueológica es una manejable pero completa guía de viaje que permite conocer el importante patrimonio que, de la antigua Roma, conserva la ciudad de Cervantes. La guía permite descubrir con múltiples imágenes y de una forma amena pero rigurosa todos los restos de la antigua Complutum.

Nº de páginas: 59

ISBN: 84-451-2392-0

Editorial: Comunidad de Madrid. Consejería de Educación.

Lengua: CASTELLANO

Sin existencias

Descripción

La Ciudad Romana Complutum. Guía Arqueológica es una manejable pero completa guía de viaje que permite conocer el importante patrimonio que, de la antigua Roma, conserva la ciudad de Cervantes. La guía permite descubrir con múltiples imágenes y de una forma amena pero rigurosa todos los restos de la antigua Complutum.

Autores: Antonio Méndez Madariaga  y Sebastián  Rascón Marques

Editorial: Comunidad de Madrid. Consejería de Educación.

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LA CIUDAD ROMANA DE COMPLUTUM

La actual Alcalá de Henares comienza su andadura como núcleo urbano ya en época romana. La Complutum de entonces ya era núcleo urbano, y no de poca importancia: era la urbe más significativa en el centro peninsular, siendo hito inevitable en el camino de Mérida a Zaragoza.

Situación

La ciudad romana se encuentra entre la antigua carretera nacional II Madrid – Zaragoza (actualmente Avenida de Madrid) y el río Henares. La ciudad tenía aproximadamente 58 Ha intramuros, sin considerar las barriadas periféricas y los “cinturones” suburbanos, que ampliarían considerablemente estas dimensiones.

En líneas generales podemos afirmar que la ciudad venía a apoyarse en la confluencia de dos rios, Henares y Camarmilla. El pomerium, aparentemente un recinto amurallado, coincide por el sur con un camino histórico, el de la Dehesa, que actúa como una ronda. El límite SW coincide con la unión de los dos ríos citados. El límite seguía aquí el curso del río Camarmilla hacia el NE. El límite sur coincidiría aproximadamente con la calle Ponce de León y el Parque Magallanes. El este, con la actual Plaza de San Francisco de Asís, por donde buscaría al sur, de nuevo, el Camino de la Dehesa.

Procedemos a la descripción de los principales enclaves que se han documentado.

La Basílica, Las Termas Norte y el edificio administrativo

La basílica

La basílica que está hoy día a la vista es la del siglo III o IV. Es un edificio rectangular cuya esquina NO queda enmascarada por la Ermita de los Santos Niños Justo y Pastor, que la utiliza como cimiento para sus muros.

Estamos ante una planta basilical, de 29’30 x 16’60 metros. Consta de una nave central y un pasillo que la circunvala por sus cuatro costados, realizándose la articulación entre ambos por medio de seis columnas en cada uno de los lados largos por cuatro en cada uno de los cortos.

Los alzados del edificio se resolvían con obra de opus caementicium, un tipo de hormigón con morteros muy sólidos de cal y arena, forrados de mármol o calizas. Tan sólo en la esquina NO del edificio puede verse aún el alzado del muro original. Se trata del llamado Paredón del Milagro, al que ya nos hemos referido anteriormente, con una altura conservada de más de 5 m., parte de ellos enterrados aún. Sin embargo, el Paredón no es sino la prolongación del muro de la basílica que se dirige hacia el oeste para constituir la fachada norte del gran edificio administrativo bajoimperial.

El pavimento que se conserva a la vista consiste en un suelo de opus signinum. Se corresponde con una segunda fase del edificio, y sufrió determinadas reparaciones ya en época hispanorromana.

De la basílica del siglo I solo se conserva el suelo, originalmente de mosaico, detectado en los sondeos que se llevaron a cabo en los pozos de expolio.

Las Termas Norte

Las termas ocupan la mitad oeste de la manzana que cerraba la plaza del foro por su parte occidental. En origen estarían limitadas por la basílica, que las define por el este y una plaza abierta por el oeste; en este lado, además, se conservan los restos de una canalización que suministraría de agua a las termas, y que se amortiza en el siglo III / IV. Por el sur las definía una calle, el decumano I. Por el norte, el decumano máximo.

El edificio tendría unas dimensiones de 29 m de largo (la misma longitud que la basílica) y 14 m de ancho.

La entrada se efectúa por el norte desde el decumano máximo. Cuenta con una sucesión de ambientes, probablemente apodyterium (vestuario), tepidarium y caldarium.

Al Sur del caldarium encontramos un amplio espacio arrasado, y que se correspondía con el praefurnium.

El edificio administrativo tardoantiguo

Los espacios mencionados son objeto de una gran rehabilitación a finales del siglo III. La basílica se rehabilita, se recubre de mármol y se extiende ocupando el antiguo espacio termal. La manzana gana en anchura, pues se añade, como cierre por el oeste, un criptopórtico sobre el que se levanta una gran fachada monumental.

La nueva basílica, cuyo uso primitivo sigue intacto, se instala sobre la antigua empleando su misma planta. Desde la basílica se abre un acceso que permite el paso a la mitad occidental de la manzana, y que se va a configurar como una serie de estancias que a su vez amortizan lo que queda de las antiguas termas complutenses. En esta zona aparecen tres grandes salas, una sala de recepción, una sala de cota sensiblemente más baja a la que se accedería por medio de unas escalinatas desaparecidas y la curia cerrando por el sur el edificio: la curia se instala en el antiguo caldarium queda ahora convertido en una gran sala con un solado de opus sectile con suelo de ladrillos romboidales

Finalmente, la manzana se cierra por la parte occidental con un pequeño criptopórtico que soporta una fachada monumental de tipo frons scenae, articulada con cuerpos en avance y grandes paños en retranqueo. Aún se pueden distinguir los vanos correspondientes, de los que los cuatro más meridionales corresponden a ventanas a ras de calle que iluminarían el interior del criptopórtico, algunas clausuradas en un momento posterior.

La fachada se estructura en en siete vanos marcados por ocho contrafuertes, uno de los cuales ha desaparecido aunque queda la impronta del arranque. Los materiales que ha proporcionado la excavación del frente de la fachada nos aportan datos sobre el revestimiento de los muros que aún se conservan: se trata de dos tipos de mármoles, gris oscuro con vetas blancas y blanco, sobre todo el primero. También se han documentado tableros realizados en piedra de Espejón, de tonos ocre y morados. Entre los materiales identificados destacan molduras de remate de zócalos y cornisas; fragmentos de friso modelado, cornisas y tableros de revestimiento parietal así como una posible jamba.

Pero quizá el resto mas significativo sea la inscripción de mármol gris, que constituye el fragmento derecho de un carmen epigraphicum en hexámetros dáctilos. De su fragmentario estado, así como de su carácter literario, alejado de las fórmulas oficiales de los siglos I y II, puede sin embargo extraerse una linea argumental: se refiere a una catástrofe, a una destrucción, real o metafórica, añadiendo el deseo de perpetuar algo (la rehabilitación de los edificios) para siempre.

En lo que respecta al abandono del complejo administrativo, los materiales que se recuperaron en la excavación del derrumbe en 1985 proporcionaron materiales tardíos que es difícil fechar con precisión. Quizá lo mas significativo sea una moneda de Teodosio II (408 – 450), que nos hablaría de una amortización fechable a lo largo del siglo V.

Las Termas Sur del Foro

Es evidente la relación de este complejo termal con el resto del programa urbanístico que se aplica en el foro complutense a finales del siglo III o en el IV, lo que incide en situar nuestra construcción en esta fecha. En cuanto al abandono de las Termas Sur, los materiales aparecidos en relación con las últimas hornadas efectuadas en el praefurnium indican una datación en los primeros años del siglo V, caracterizados por TSHT de la forma 37 y con los típicos medallones que le sirven de decoración.

Se accede al edificio mediante una puerta que desde el decumano IV permitía la entrada a una zona abierta de apodyterium. Su planta constituye un rectángulo que reproduce las termas provinciales romanas, también llamadas termas lineales. En efecto encontramos una sucesión estricta interior de tres ambiente, frigidarium, tepidarium y caldarium, al que sigue un praefurnium

Casa de los Peces

Casa urbana ubicada en el cuadrante sudoriental de la ciudad romana, próximo al límite que indicaría el pomerium. Actualmente, bajo la barriada de Reyes Católicos.

Pertenece a la segunda mitad del siglo III o principios del IV d.C.

Se encontraron restos de tres habitaciones desarrolladas en batería y que no es posible relacionar entre sí. Una de ellas, la central, contiene un estanque pavimentado con un mosaico de tema ictiográfico. Sobresale el recinto ubicado al sur, por su tamaño (10’60 m. de lado) y por su suelo de opus tessellatum, desgraciadamente perdido casi en su totalidad pero que certifica que nos encontramos ante un espacio de prestigio de la propia casa. Cabe destacar la presencia de los dos mosaicos. El de la estancia principal está perdido casi por completo, conservándose en cambio el que procede del estanque.

Casa de Baco

Una característica domus urbana de peristilo. Se encontraría en en el cuadrante sudoriental de la ciudad romana, próximo al decumano máximo.

Todos los niveles arqueológicos cuentan con materiales que oscilan entre mediados del siglo I d.C. y el siglo V. Los criterios estilísticos aplicables a los mosaicos apuntan al siglo IV, aunque no son posibles mayores precisiones.

El edificio sólo se ha recuperado parcialmente, ya que la parte anterior de los restos, que correspondería con la entrada desde el Cardo quedó bajo los bloques de viviendas del actual barrio de Reyes Católicos.

Las estancias se ordenan en relación a un peristilo del que conservamos tres corredores pavimentados con mosaico (sur, este y oeste). Al oeste se desarrollan una serie de estancias, las de mayor prestigio y decoración de mas calidad: la primera aparece alineada con el eje principal de la casa , un eje que atraviesa el peristilo y probablemente se inicia en las mismas fauces. La estancia mencionada tiene un pavimento musivo, lo que unido a su ubicación permite definirla como un oecus, aunque hay que precisar que no tiene acceso desde el peristilo, sino que probablemente había que llegar a ella desde una antesala, que se ubicaría en la habitación 4 ó 5, y un pasillo o antesala paralelo al pasillo oeste del peristilo.

Cabe destacar la presencia de un importante repertorio de mosaicos. Se trata de los tres mosaicos geométricos del peristilo, el mosaico de la sala nº 2, del que solo se conserva un dibujo geométrico correspondiente a la cabecera de la habitación, el del oecus o de Cupidos 2, el de los Coperos y el de Baco. Es evidente que estos tres, dado su carácter de soportes de imágenes figuradas, portadores de iconografías con un evidente significado, y correspondientes con habitaciones relevantes y pertenecientes al ámbito público de la casa, revisten un interés especial.

El mosaico de Cupidos 2, pavimento del oecus, viene resuelto por el esquema mas habitual en la musivaria de Complutum, con un campo y un emblema que se encuentra en el centro de la composición y está enmarcado por un cable de doble cuerda.

El mosaico de los Coperos pavimentada un pasillo de 6,49 x 2,43 m. y que enlaza el peristilo con el triclinium. Consta de un panel donde se representan seis coperos ordenados simétricamente y realizados según el mismo modelo: un hombre joven con el cabello rizado en rojo y negro que porta una túnica amarilla con dos bandas verticales rojas desde los hombros hasta las rodillas y otras dos pequeñas líneas amarillas paralelas en las mangas.

El mosaico pricipal del triclinium está conformado por un panel central con Baco ebrio, paneles laterales con dos leopardos en disposición heráldica en torno a una crátera, un panel con una escena de vendimia a los pies del emblema, panel con las estaciones en el ingreso desde el pasillo de los Coperos y un roleo vegetal.

El panel con la escena de vendimia es el que se encuentra en peores condiciones de conservación. Contiene cinco figuras de vendimiadores, dos de ellos llevando cestos de frutas hacia el centro donde se hallan otros tres pisando frutos en el lagar.

La escena principal del emblema representa la imagen de Baco ebrio con varios personajes de su séquito. Baco se sitúa en el centro y en primer plano, mientras que las restantes figuras aparecen en un inmediato segundo plano.

Casa de Cupidos

Edificio urbano que funcionalmente responde a una estructura característica de casa con peristilo, si bien de dimensiones mas reducidas que, por ejemplo, la Casa de Baco.

Se fecha en el siglo V para la construcción de la Casa, perdurando hasta bien entrado el VI .

Esta casa privada se centralizaba en tomo a un patio del que se conservan los corredores noroeste y suroeste, ambos con un suelo de baldosas cerámicas en forma de cuartos de círculo que constituyen un dibujo a base de circunferencias. Al norte del mismo, una habitación pavimentada con mosaicos (Mosaico de los Rombos). A su vez al norte de esta, otra de las mismas características (Mosaico de Cupidos 1). De nuevo encontramos un interesante conjunto de dos mosaicos: el principal, o de Cupidos, pavimenta una sala de recepción u oecus, y se acompaña por otro, mas sencillo y de carácter geométrico.

Casa de Leda

Edificio urbano. Aunque se viene considerando una domus, es difícil dotar de coherencia a los restos, y no parece que estemos ante una planta de tipo patio central tan clara como en Cupidos y Baco.

Se evidencian en la Casa de Leda y en los espacios públicos documentados al este de la misma dos faseS muy claras: una primera altoimperial, que coincide con la construcción de la infraestructura urbana y que además subyace a las estructuras constructivas de la fase 2. No hay restos de edificaciones atribuibles a este momento, que se fecharía en la segunda mitad del siglo I d.C. según algunos materiales altoimperiales bastante claros, sobre todo apreciados en relación con la conducción de agua que hemos identificado con el Cardo Máximo. La segunda fase a su vez se corresponde con las estructuras de la propia Casa de Leda, y se data mediante los materiales cerámicos y numismáticos en el siglo IV , no siendo posible precisar su inicio aunque todo parece apuntar a una ocupación que se refiere a casi toda la centuria e inicios del siglo V.

Una vez mas es preciso referirnos a un mosaico. Este, conocido como de Leda, cubría una habitación rectangular.

Siguiendo la norma común a la mayoría de la musivaria complutense, el emblema está enmarcado en un campo geométrico. Representa el conocido asunto mitológico del amor de Leda y Júpiter metamorfoseado en cisne. Sobre ellos existen dos guirnaldas y una inscripción referente a la temática del cuadro:

ADVLTERIVM LEDA

IOVIS

Adulterio de Júpiter con Leda

Casa de Cupidos 2. Nuestra Señora de Belén, 5

Edificio urbano. Lo parcial de la intervención impide una atribución funcional, pues de hecho solo se ha recuperado una pequeña parte (no mas de un tercio de la superficie total) de un mosaico. Solo permite aventurar una fase, relativa a la construcción del edificio, y que se fecha en un momento sin determinar del siglo IV.

Nuestro conocimiento de este enclave se limita al mosaico. A su vez, de este se conserva una banda geométrica de circunferencias y rombos y una serie de cuatro emblemas, de los que son identificables los dos inferiores (C y D), con sendas parejas de erotes afrontados en disposición heráldica. Del B se conserva la orla, que contiene una serie de tres cognomina femeninos completos y uno cuarto incompleto:

NONIA(…) LIGVRIAE (hédera) TITVLAE CVM (…)

El Mercado

El mercado se ubica al sur del gran edificio administrativo, y al oeste de las Termas Sur.

En origen, en la segunda mitad del siglo I d.C., se configura, al igual que otros mercados de ciudades hispanas, como una plaza con una serie de recintos alrededor suyo., y con unas dimensiones máximas de 16 x 16 m de lado, y apertura al Decumano que se prolongaba, hacia el este, en el Pórtico que cierra el foro sur.

Casa de Los Grifos

Edificio urbano. Se trata de una domus que responde al modelo de casa con peristilo. Junto al Foro, lindando por el este con el macellum y por el norte con el decumano IV.

La fecha de construcción hay que suponerla en la segunda mitad del siglo I d.C.. La Casa de los Grifos estaría en uso al menos hasta finales del siglo III o comienzos del IV.

La Casa de los Grifos se encuentra en proceso de excavación, habiéndose intervenido sobre tres quintas partes de su superficie.

La planta original se articula en tomo a un peristilo abierto, que una columnata conectaría con el pasillo circundante. Al norte del pasillo se abren dos habitaciones, B y B1, respectivamente la cocina / almacén y un salón que, a falta de ser corroborado por las futuras excavaciones, debería ser el comedor.

Una puerta permite el acceso a la primera, al fondo de la cual se desarrolla un recinto separado por un zócalo de piedra (un larario). Respecto al salón ,no cuenta con una clara separación respecto al pasillo, debiéndose aislar los espacios en su día por medio de cortinas.

Sector Fuente del Juncal

Aquí nos encontramos ante una zona con diversas estructuras que no tienen una sola entidad arquitectónica. Su nexo de unión es el de encontrarse en un espacio de aproximadamente 50 x 50 m, en el extremo oeste de la ciudad romana, inmediatamente al sur de la Fuente del Juncal. Todo parece indicar que estamos en un espacio vinculado a la entrada en la ciudad romana desde el oeste, que estaría adornada por la citada fuente..

La Fuente del Juncal tiene un origen romano. Se la relaciona con hallazgos diversos desde el siglo XVI hasta el XIX (n.p.Vid supra, en el capítulo dedicado a la historiografía), y casi todos los autores interesados en Complutum la mencionan como uno de los elementos interesantes de la antigua ciudad. El siglo XVII existen procesiones que la incluyen en su recorrido, llegando a conocer una restauración en 1652. Pese a todo ello el edículo que hoy puede contemplarse no es el original, sino una rehabilitación del siglo XIX muy criticada por sus contemporáneos al alejarse mucho del original.

Este sector es el mas antiguo en lo que se refiere a la presencia romana en el llano, proporcionando unas estructuras urbanas de época de Tiberio.

Mausoleo de Aquiles

Se trataba de un edificio suburbano. La presencia de un mosaico de buena calidad denota la existencia de un edificio de cierta complejidad y alto o medio rango, que no pudo ser excavado.

Sólo conocemos una habitación pavimentada con mosaico, sin que pudieran documentarse más restos del edificio. El mosaico de Aquiles y Pentesilea es sin duda el material arqueológico mas interesante de los recuperados.

El mosaico pertenecería a la época tardeseveriana (finales del siglo III).

Casa de Hippolytus

La Casa de Hippolytus es uno de los edificios que salpican el exterior del casco urbano complutense por el norte. Se halla a unos 200 m al Noroeste del rio Camarmilla, límite natural occidental de Complutum.

Era una finca suburbana con una edificación principal, y se ha interpretado como la sede de una asociación, muy probablemente el collegium iuvenum de la ciudad de Complutum, vinculado, en sus proximidades, al mausoleo de la familia de los Anios.

La cronología de la Casa de Hippolytus tiene una clara correlación con la del resto de la ciudad: las primeras edificaciones datan de la segunda mitad del siglo I. Conoce una reforma de carácter monumental en relación con el desarrollo de Complutum a finales del siglo III o principios del IV, cuando sobre una estructura urbana que sigue fiel a su diseño original se desarrolla una rica actividad constructiva de la que dan fé los lujosos complejos urbanos y suburbanos. Por último, el espacio se reconvierte en el siglo V para albergar una necrópolis relacionada con el culto cristiano.

Los restos principales se corresponden a la que hemos llamado Fase III. Se construye empleando como base la II, lo que ha provocado casi siempre la pérdida de las estructuras mas antiguas. En todo caso se distinguen una serie de elementos del siglo I: El límite occidental del edificio en este primer momento se articula con un camino de acceso que describe un doble codo antes de entrar en la edificación propiamente dicha. Es un pavimento de canto rodado sobre el que se dispone una capa de grava. El camino está enmarcado además por dos bordillos y la entrada al recinto coincide con una estructura de aspecto turriforme.

Cerrando el edificio por el norte aparecen una serie de estructuras alineadas también en dirección Este-Oeste de las que solo conservamos el zócalo de canto rodado de algunos de ellos, y que se mantienen constituyendo un pórtico con tabernae en la fase siguiente.

En la zona central del edificio que se levantará en la III Fase, la nueva construcción ha cubierto casi por completo a la anterior. Tan solo parece aprovecharse un pozo de aguas mineralizadas, que estaría ya en uso en esta primera fase.

Respecto a la gran rehabilitación de finales del siglo III, cabe distinguir una serie de zonas bien diferenciadas: el acceso, con un camino y la puerta de entrada a la finca, el edificio propiamente dicho y los jardines que lo rodean.

El acceso. En este punto se ha recuperado una parte de un camino con entrada en codo, que procede del oeste y choca en perpendicular contra la tapia de cerramiento. Los últimos metros del camino discurren en paralelo a la tapia, entre esta y una acera que configuraría una barrera vegetal. La puerta de entrada esta embellecida con un torreón de planta cuadrangular que proporcionaría al acceso un aspecto monumental que recordaría a la arquitectura militar. Respecto al edificio como tal, es de carácter funcional, y recurre a un sistema de planta con patio central (en este caso un patio cubierto) en torno al cual se desarrollan las diferentes habitaciones.

La mayor parte de las estructuras que se conservan son de carácter termal: estancias para baños de agua fría y caliente, masajes, etc.

La fachada principal del edificio, en el Norte, se resuelve con un pórtico bajo el que se alojaban una serie de habitaciones (tabernae). En el centro se abría una entrada en fauces, estrecha y que fuerza al visitante a descender dos peldaños para introducirle en un pasillo que conduce directamente al patio central, que actúa como distribuidor.

 

A la derecha de este pasillo, una sala abovedada cuya finalidad última se desconoce. Se trata en cualquier caso de una estancia de prestigio, como prueba la técnica que se empleó en su construcción: el sistema de tubuli fictile, que emplea una serie de piezas de cerámica en forma de botella sin fondo que se ensamblan para formar una estructura ligera que permite soportar el peso de la bóveda.

Es preciso señalar que esta técnica constructiva no era apreciable por el usuario del edificio, pues quedaba perdida, oculta tras capas de mortero que luego se decoraban con pintura mural.

El patio central actúa como distribuidor en torno al cual giran el resto de las estancias. Al mismo tiempo, funciona como un frigidarium, la sala destinada a los baños de agua fría.

El patio cubierto tiene dos zonas bien diferenciadas: la oriental, está pavimentada con un mosaico de tema geométrico y un emblema del maestro Hipólito que representa una escena de pesca, y que se afronta con una pequeña piscina de agua fría y de planta cuadrangular, también pavimentada con mosaico y decorada con pintura mural.

La parte occidental se separa de la oriental mediante un pórtico. También se pavimenta con un mosaico geométrico de flores con cuatro pétalos, que antecede a un estanque trilobulado, del que se ha perdido lamentablemente la cúpula decorada con mosaicos, y a una pila de pequeñas dimensiones.

El estanque trilobulado y la piscina cuadrangular están en un mismo eje visual, de forma que desde el interior de esta el bañista tiene la sensación de estar en una gruta, en el mar, con una segunda gruta cerrando el horizonte al fondo. A ello contribuye otro elemento: las pinturas de la piscina.

Al sur encontramos una salida al exterior, de 3 x 3’50 m donde se documenta un pozo de aguas mineralizadas que se refieren sobre todo a sus altos índices de sulfatación, lo que las diferencia del resto de las aguas del entorno. Esta calidad de las aguas está probablemente ligada con la existencia del edificio, y el aprecio que de ellas se hace está patente en el respeto por la estructura, que queda aislada dentro de una habitación sin ningún otro uso específico que ese: permitir el acceso de los usuarios del complejo termal al pozo.

Junto al pozo y al Sur de la piscina de agua fría y alineada con ella se encuentran las letrinas, una nueva estancia de planta rectangular y que conserva un pavimento de opus tessellatum muy deteriorado, con diversas lagunas, algunas de las cuales tienen una restauración de signinum de época romana.

Volviendo al gran patio distribuidor, que actúa de hecho como frigidarium, hemos de considerar que al sur del mismo se extiende la zona destinada a las salas de aire caliente , dos caldaria, habitaciones destinadas al baño con agua caliente, y que se disponen en batería contra la sala del frigidarium, desde la que se podría acceder a cualquiera de ellas dos. Solo se conservan por debajo de la cota del suelo de uso, que era de mosaico, con un tema de fauna marina que no podemos definir, pero que sin duda imita al del frigidarium, con menor fortuna. Tiene un suelo de opus signinum en el que aun se conservan las pilas de ladrillo que mantenían el suelo de mosaico. Hacia el Sur la infraestructura de la sala se prolonga mediante dos praefurnia, con sendas bóvedas de medio punto truncadas y separados por un machón de adobe y ladrillo, con bloques de arenisca en sus respectivas bocas.

Complementando el caldarium del complejo termal habría una bañera o piscina de la que no quedan restos y que garantizaría la posibilidad de un baño de agua caliente. Se encontraría en el ábside que forma eje con el centro de la habitación mas occidental.

Los praefurnia serían alimentados desde el Sur, gracias a la existencia de un recinto específico, de hecho una sala de trabajo relacionada con la infraestructura. A su vez está subdividido en una serie de ambientes que separan salas de trabajo para los sirvientes encargados del funcionamiento del complejo termal. Dentro del mismo existe un pequeño horno para cocinar alimentos, de planta ovalada. Hay que suponer la existencia de una parrilla metálica o incluso de adobe que no se ha conservado y que serviría para depositar los alimentos.

Este ambiente se configuraría efectivamente como un espacio para la infraestructura del complejo, que permitiría a los trabajadores caldear el hipocaustum y a la vez cocinar alimentos.

En el lado Este hemos de destacar la presencia de una amplia estancia de planta trapezoidal. Se ha recuperado sin embargo un elemento muy importante para la comprensión de esta sala: una estatua de Diana, desgraciadamente mutilada de forma tal que solo se conserva la mitad inferior. Como elemento escultórico complementario, ha aparecido una basa de columna de caliza, si bien desplazada de lo que sería su posición inicial. Todo ello nos ha llevado a pensar en una capilla para el culto, donde se veneraría a la diosa que se dispondría probablemente en algún nicho o arco emplazado en el desaparecido muro Oeste, y junto a la que se venerarían las otras divinidades protectoras del colegio: hay que pensar en Hércules y en el Genio de la Juventud.

Por último, hacia el Este resta una de las zonas mas interesantes, el jardín exótico. Zona exterior que se resuelve mediante una escenografía muy del gusto romano, con un pasillo delimitado por dos filas de cuatro exedras cada una, que ofrecen unos bancos corridos y que conforman un espacio para la reunión, o incluso para la comida en concilio. A las exedras las acompañan otros elementos: una terraza algo mas elevada, al norte, un estanque y un elemento exento, una columna o crátera. Pero lo mas interesante son los datos de tipo faunístico y botánico sobre el jardín. La inspiración oriental y exítica del mismo es evidente en función de las especies elegidas: a modo de aviario, podrían contemplarse palomas y, sobre todo, pelícanos, recuperados en la excavación.

Respecto a las plantas, el análisis de polen y semillas ha detectado la presencia de especies arbustivas exóticas y, además, de carácter medicinal. Sobre todo, el carácter meridional y orientalizante se subrayaría por medio de palmáceas.

Finalmente, en un último momento de la utilización del yacimiento se corresponde la ubicación de una necrópolis, ya cristianizada, que debe iniciarse en los últimos años del siglo IV (en torno al 400 d.C.) y prolongarse, quizá, hasta el VI. La necrópolis tiene relación con un nuevo uso litúrgico de la Casa de Hippolytus.- Es significativa la dispersión de las sepulturas principalmente en la parte NO de la edificación, girando alrededor de la sala abovedada.

Especial alusión queremos hacer a los materiales de alto valor añadido. Probablemente, el mosaico de Hippolytus, que da nombre al edificio, es la pieza mas sobresaliente. Como se recordará, este mosaico ocupa el pavimento del patio cubierto y sala princiapla de la Casa. El mosaico desarrolla un campo geométrico dispuesto en ‘U’ alrededor de su emblema y descentrado, contraviniendo la norma habitual de la musivaria romana. La composición emplea un campo de círculos y octógonos curvilíneos.

El emblema está producido por un grupo de artesanos diferente del que realiza el campo geométrico, tal y como se evidencia en la diferente confección, tamaño de teselas, materiales empleados, e incluso cama de preparación. Consta de tres partes: inscripción, marco y cuadro. La inscripción se encuentra en el lado Norte del emblema. Se puede leer el texto, enmarcado por dos triángulos rojos, aunque sólo se conserva el de la izquierda

ANNIORUM (hédera) HIPPOLYTUS TESSELAV [IT]

[Casa ] de los Anios. Hippolytus teseló [este mosaico]

En todo caso el cuadro propiamente dicho representa una escena de pesca en la que tres erotes navegan en una barca. Están rodeados de fauna marina: entre otros , túnidos, pulpo, calamar, pez espada, murena, langosta, gamba y erizo de mar. Tal y como hemos indicado en trabajos se trata de un trabajo que alude inmediatamente a las producciones norteafricanas, tanto por la temática como por el material empleado.

Necrópolis oeste

Configurada por una serie de cinco inscripciones funerarias recogidas a lo largo del pasado siglo XX , y que se fechan en los siglos I y II d.C. Esta necrópolis está relacionada con el río Camarmilla y el acceso de la vía que procedía del oeste y entraba en Complutum por la actual Fuente del Juncal.

Necrópolis este

Ubicada en el antiguo Camino del Juncal, que coincide con el antiguo decumano máximo y su salida hacia Zaragoza (hoy en día Avda.de Núñez de Guzmán) Se encontraría en un punto que no se define con precisión, entre el final del pomerium de la ciudad romana por el este y la puerta de Madrid, acceso a la ciudad medieval. Conformada por al menos dos inscripciones funerarias y un sarcófago de plomo.

También existiría una segunda necrópolis del siglo I, que perduraría en su uso religioso y daría lugar a una zona de culto de época hispanovisigoda, ubicada en una importante zona, la del Campo Laudable, que daría lugar en los siglos XII ¿ XIII al templo cristiano dedicado a Justo y Pastor y que conformará el núcleo de la ciudad medieval cristiana del burgo de San Justo, después Alcalá de Henares.

Necrópolis norte

Ubicada junto a la salida del cardo máximo hacia el norte, en la actual Central Eléctrica. Aparecieron en 1973 al menos dos sepulturas con cubiertas de tégulas e ímbrices.

Necrópolis sur

Ubicada junto a la salida del cardo máximo hacia el sur, sabemos de la existencia de al menos una inscripción funeraria aparecida fortuitamente en 1980.

 Urbanismo: la Ciudad Romana de Complutum

De especial relevancia tenemos el extenso conocimiento del urbanismo complutense. Pocas son las ciudades en el ámbito romano que se conocen con un nivel de precisión tan alto como el de Complutum, a la hora de dibujar e interpretar calles, manzanas, edificios públicos, y en general el esqueleto urbano que compondría la ciudad con la base de un criterio hipodámico original. Si reducimos el marco de la investigación a la Península Ibérica, entonces la documentación complutense resulta mucho más excepcional, pues pocas son las ciudades españolas de época romana que se conocen con tan nivel de detalle. También en este sentido, en lo que respecta al urbanismo, cabe resalta el excepcional tamaño de la cuidad de Complutum, que se cifra en torno a las 58 hectáreas de espacio intramoenia, esto sin contar los extensos espacios suburbiales ocupados por áreas residenciales, funerarias, o que proporcionan servicios complementarios a la propia ciudad: almacenes, sedes de agrupaciones colegiales (como es el caso de la Casa de Hippolytus). Esta cualidad nos ofrece una característica histórica que hasta el momento es un unicum: el excepcional tamaño de una ciudad, que por sus dimensiones se aproxima a las de una gran capital, y se aleja de las superficies habituales en establecimientos de tipo medio, y con las que en principio cabría equipararla.

También es importante resaltar desde el punto de vista histórico el gran desarrollo económico que se plasma en distintos elementos arqueológicos, pero que sobre todo tiene un reflejo directo en el urbanismo y la arquitectura de los siglos III y IV d.C. También en este sentido la ciudad de Complutum constituye hoy por hoy un unicum dentro de la arqueología española, quizás sólo parangonable con Mérida, la gran capital hispana del Bajo Imperio. Así, el fenómeno de enriquecimiento que se plasma en la arquitectura y en distintos elementos decorativos, como los mosaicos, y que es tan frecuente en la Meseta en los siglos III, IV y V d.C., en Complutum se produce igualmente más no en el ámbito rural sino fundamentalmente en ámbito urbano, si bien con algunos reflejos en el campo que le rodea, con todo en estos últimos casos, como por ejemplo la villa del Val, más que un fenómeno rural estamos ante un fenómeno de carácter suburbano.

Si nos referimos a los edificios, la ciudad romana de Complutum presenta un doble interés histórico: en primer lugar, la posibilidad de mostrar al público, al igual que a la investigación en general, una selección de edificios y espacios de diferentes tipologías que conforman toda la complejidad de una ciudad romana hispana. Un foro con basílica civil; unas termas; una curia; un tabularium; un mercado; una villa romana; edificios singulares, cual es el caso del Colegio de los Jóvenes de la Casa de Hippolytus; por supuesto las diferentes casas privadas que han sido recuperadas.

En lo que respecta al material más significativo, hay que destacar que Complutum cuenta con la que posiblemente es, después de Mérida, la mejor colección homogénea de mosaicos romanos de España, no hay ninguna otra ciudad hispanorromana que cuente con una colección musivaria tan extensa y a la par de tal calidad.

Finalmente y en un sentido que es significativo desde el punto de vista ideológico para la propia Comunidad de Madrid contamos con el edificio administrativo y de gobierno más antiguo de la región ubicado en el foro del propio Complutum: el gran edificio que se remoza completamente en el siglo III-IV d.C.

FUENTE: WEB AYUNTAMIENTO DE ALCALÁ DE HENARES

 

 

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