Brazalete romano de Arlés

25,0028,00 IVA Incluido

Este brazalete romano de forma circular está rematado en cada uno de su extremos por cabezas de ánades. Se encuentra hoy en el Museo de Arlès (Francia) y fue descubierto en las excavaciones del naufragio SM4 en Saintes-Maries-de-la-Mer.

Tamaño: TIPO I: 7,3 x 7  cm. | TIPO II: 7 x 7 cm.
Material: bronce bañado en ORO o PLATA

Descripción

Brazalete romano de Arlés

 

Historia de la Antigua Roma

 

La joyería tiene una gran importancia en el mundo romano. La posesión de estos objetos estuvo ligada al estatus social, entre ellos el brazalete.

Aunque fuese una proporción reducida de la sociedad, ciertos romanos conocieron el lujo a través del vestido, el perfume, los alimentos y, como no, la joyería.

Llama la atención los llamados ornamenta o productos de embellecimiento personal, como son los peines, agujas de pelo, horquillas, pendientes, anillos, collares, o los recipientes para el perfume, que podían estar fabricados en hueso, marfil, bronce, cerámica, piedras preciosas, etc., y eran usados por todas las clases sociales, pero de diferentes materiales .

Los romanos usaban oro, plata, pasta vítrea, marfil, piedras preciosas, perlas, etc.

Las perlas estaban extraordinariamente consideradas, entre otras cosas por la dificultad de su recolección, y su demanda era muy alta. Al parecer, aunque se conocían desde antes, fue Agusto quien difundió el gusto por las perlas, tras su enfrentamiento con Cleopatra.

En cuanto a las piedras preciosas, los romanos, además de utilizarlas por sus propiedades decorativas, usaban las piedras por sus propiedades mágicas, ya que consideraban que cada piedra tenía una propiedad mágica diferente. En el mundo romano las piedras preciosas más empleadas fueron:  diamante, zafiro, topacio, aguamarina, esmeralda, ágata, granate, amatista, variscita (utahlita), cornalina, calcedonia, crisocola, azabache, etc. Era muy habitual que las piedras se tallasen y, de hecho, la glíptica antigua alcanzó su mayor desarrollo en Roma.

 

Las romanas y el lujo

 

Tanto a hombres como a mujeres les gustaba rodearse de lujo y hacer uso de los materiales preciosos. Sin embargo, mientras que los hombres lo introducían en su vida general, como por ejemplo en la decoración de sus casas, eran las mujeres las únicas que portaban adornos, con la excepción de un anillo en el caso masculino. Tanto es así que no es extraño encontrarnos con testimonios de varones quejándose, quizás de forma exagerada, del uso desmesurado de joyas, ornamenta y brazaletes por parte de sus mujeres.

Las matronas romanas iniciaban el día con su aseo y vestido. Lo primero que hacían era peinarse y maquillarse. El tercer paso consistía en colocarse su ingente cantidad de joyas: diademas, pendientes, brazaletes, collares,etc. Estas tareas no las hacían ellas mismas sino que precisaba de la ayuda de sus sufridoras esclavas, las ornatrices.

Pero su debilidad por el mundo de la joyería, en cierto momento, se vio sancionado. La promulgación de la Lex Oppia, en el contexto de las II Guerra Púnica, dio lugar a la prohibición de portar, entre otras cosas, cierta cantidad de joyas. Ante esta restricción las matronas no dudaron en movilizarse y concentrarse  en Roma para conseguir que se derogase, como finalmente se hizo.

Fuente: HISTORIA VI. ANTIGUA ROMA (MYKGEMAS)

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